El presente artículo parte de considerar que a lo largo de su desarrollo histórico, la investigación arqueológica realizada en el eje cafetero colombiano ha basado sus interpretaciones en que la zona fue ocupada a lo largo del tiempo por diferentes culturas que pueden ser rastreadas en el registro arqueológico mediante Ia identificación de las particularidades estilísticas, formales o decorativas de las evidencias. Así, la reconstrucción arqueológica de la ocupación humana de la región se ha presentado como una sucesión en tiempo y en espacio de diferentes culturas, por lo que se ha perdido de vista la variación y la riqueza de los procesos de cambio que posiblemente ocurrieron en la zona. En este sentido, adquiere validez una reconstrucción en la que los procesos de cambio son entendidos como consecuencia de migraciones, invasiones o difusiones, limitando otro tipo de explicaciones que den cuenta de fenómenos de variación sociocultural. Así mismo, estos presupuestos han dirigido la mirada de los investigadores limitando de manera muy clara los problemas que pueden ser abordados por la investigación arqueológica, dándole prioridad a la cronología como tema central de la arqueología.