Dado el carácter especial que reviste el arbitraje, surge el interrogante de si el árbitro, al igual que el juez, debe ser imparcial e independiente. De ser así, es pertinente preguntarse qué significan los vocablos imparcialidad e independencia; qué lleva a que se considere que el juez debe cumplir esas calidades y, por último, cómo se materializan éstas en el marco de la justicia arbitral.