Descripción
La presente investigación gira en torno a las emociones, las cuales son percibidas, identificadas, valoradas y expresadas. Según la versión original de Salovey y Mayer (1990), la inteligencia emocional consiste en la habilidad para manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones. A sí mismo, miraremos como estas son trabajadas en el ámbito educativo, después de que el Ministerio de Educación Nacional enunciará que la implementación de la educación emocional es una necesidad en los entornos escolares, con el fin de prevenir muchos de los problemas que en la actualidad se ven reflejados (deserción, acoso y consumo de drogas, entre otros) y para que los procesos de aprendizaje y los resultados académicos sean mucho más eficientes (Ministerio de Educación Nacional, 2017).
Es importante que los docentes aprendan a definir, delimitar y gestionar sus emociones, es por ello que trabajar la educación emocional en el aula, les permitirá adaptarse a las diferentes situaciones de la vida diaria, a ser más felices y a brindar seguridad en sus estudiantes (Castillo, 2003, pág. 3).
Además de ello, propiciará la relación social y afectiva de una manera óptima con sus compañeros y sus estudiantes, púes esta integración permitirá a cada docente desarrollar las metodologías de aprendizaje acorde a sus principios morales, racionales y emocionales los cuales son esenciales para mantener la atención, motivación y creatividad en la escuela.
La educación emocional, se alcanza a través de vivencias y relaciones desde la casa que son afianzadas en la escuela, por tal motivo se debe crear un ambiente placentero que permita al docente cognitivamente ser más eficiente, crecer en su ámbito personal y profesional, aumentar la motivación, la curiosidad y las ganas de enseñar; así como lo plantea Goleman “El control de la vida emocional y su sujeción a un propósito específico resulta esencial para estimular y mantener la atención, la motivación y la creatividad” (Castillo, 2003, pág. 13).
Por esta razón es que inculcar la educación emocional como uno de los objetivos pedagógicos de los futuros docentes en el aula, es un desafío, ya que se hace importante disponer de un compromiso continuo y permanente que amplía la agudeza y la profundidad de la percepción y de la intuición, potenciando el desarrollo de las competencias emocionales como componente indispensable del desarrollo integral del niño (García J. , 2012, págs. 8-9)
Además de ello, trabajar educación emocional con un estudiante de pregrado, le permite afianzar sus capacidades y desarrollar sus competencias emocionales, actitudes y habilidades necesarias para que al momento de enfrentarse al aula, propicie en sus estudiantes un ambiente seguro y de confianza que le permita conectar su diario vivir con el de sus estudiantes y le permita comprender y regular las emociones de la manera más apropiada para poder conseguir un adecuado desarrollo integral y bienestar de las personas, siendo este el objetivo último de la educación (Caballero, 2007, pág. 2).
Trabajar la educación emocional en los futuros docentes durante el proceso de enseñanza – aprendizaje es un asunto muy importante puesto que, realizar procesos educativos implica interactuar entre pares, con estudiantes, acudientes y directivos, además podrá afianzar su estrategia de enseñanza generando una repercusión positiva durante toda su vida laboral (Olalla, 2018, pág. 11).
Para poder trabajar las emociones uno de los primeros pasos fue conocer los estados emocionales de los estudiantes y de esta manera se realizó una investigación de carácter cuantitativo, a través de una encuesta, en la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Javeriana; en la que se busca caracterizar la percepción de la autorregulación emocional en los estudiantes y de esta manera indagar la importancia de ellas.
Se aplico un test llamado TMMS-24 vía online, el cual consiste en un autoinforme con el fin de comparar las diversas respuestas frente a estados emocionales y, evaluar la capacidad que tiene los estudiantes de la carrera Licenciatura en Pedagogía Infantil, de diferentes semestres, de reconocer sus propias emociones y las de los demás, a través de 24 ítems; divididos en tres categorías, de la siguiente manera: ítems del 1 al 8 para obtener el factor percepción, ítems del 9 al 16 para el factor comprensión y ítems del 17 al 24 para saber el factor regulación. En la cual se quería conocer como perciben sus emociones, comprenden sus sentimientos y como tiene percepción de ellos (Torello, 2012, pág. 5).
Para ello se realizó un contacto con algunos docentes de la carrera, donde se les explico la finalidad de la investigación y además se les solicitó la colaboración para que la encuesta pueda ser divulgada a través de una de sus clases. Como no fue posible acceder a las clases, tuve la oportunidad de ingresar a una charla de practicas en donde asistirían os estudiantes y allí al finalizar me dieron la opción de que la encuesta fuera divulgada y respondida por ellos.
Finalmente se presentan los resultados obtenidos, los análisis realizados y las conclusiones.