Si bien esta investigación no se centra en una exclusiva visión de cómo una mujer como Piedad Córdoba ha roto todos los esquemas de pensamiento en donde la podríamos ubicar, sí se pregunta sobre cómo la posición que ha obtenido a través de sus años de carrera política y su antagonismo con Álvaro Uribe Vélez han devenido una serie de representaciones que afloran en los pensamientos de muchos colombianos y colombianas, que tienen que ver con un tema colonial y que se articulan en la interseccionalidad raza/género/clase. Este proyecto fue pensado como una forma de ubicarme políticamente con el ánimo de reaccionar una lucha social y académica dentro de una perspectiva de transformación de pensamientos y accionares políticos que llevan no a la reificación de géneros o razas, sino a la desmitificación de estas categorías. Este trabajo no pretende legitimar formas excluyentes y reduccionistas de pensamiento sino más bien busca una reflexión sobre cómo y porqué en Colombia se entiende y representa como lo hacemos actualmente, visibilizando el racismo y el sexismo que durante años ha estado negándose o ha sido menguado por la mayoría de la población colombiana. Piedad Córdoba se presenta entonces como la articulación que me permitió ver el modelo desde el cual está edificada nuestra sociedad, y en donde converge pensamientos, discursos y representaciones racistas y sexistas que evidencian no sólo que el racismo sigue siendo tema relevante en las agendas de académicos y personas en general, sino además observar cómo opera el nuevo racismo, el cual entabla sus discursos en diferentes estadios sociales, desde libros escolares, diatribas políticas, películas, medios de comunicación y conversaciones cotidianas.