¿Qué? Hubiese preferido un tono confiado y profético como el del oráculo de esa película de ciencia ficción, pero su sentencia antipática e imponente (mézclense ambos adjetivos en partes iguales) fue como agua para mi efervescente tendencia a contradecir, algo de lo que no me enorgullezco, pero, debo decirlo ahora, ésta es la bitácora que registra mi viaje y no tratará de nadie más que de mí, de quien quiero creer que soy, de las cosas , ideas y personas que por su relación con el proyecto artístico al que se refiere un gran porcentaje de este texto, resultan imprescindibles dentro del mismo.