A lo largo de su historia, el Reino Unido ha mostrado cierta apatía hacia sus vecinos continentales. Más recientemente, esta actitud se vio reflejada en la decisión de abandonar la Unión Europa. Sin embargo, el euroescepticismo no es el único factor que influyó en esa decisión, la identidad nacional británica también jugó un papel importante. A través de la teoría del Realismo Neoclásico y el uso de process tracing, esta tesis sugiere que la identidad reflejada en el resultado del Brexit se caracteriza por una xenofobia "selectiva", el desapego a Europa y a la UE y la preponderancia de una identidad inglesa por encima de una británica. Este elemento, sumado a los intereses personales de los policy makers -disfrazados como el interés nacional-, son algunos de los elementos que permitieron el Brexit. Además, por medio de esta investigación, se fortalece el presupuesto realista neoclásico acerca del vínculo entre los factores domésticos y la toma de decisiones en política exterior.