Descripción
Ludwig Feuerbach (1804-1874) hace de la filosofía un ejercicio antropológico en el que el hombre parte de la sensibilidad para ubicar la verdad en lo que se puede percibir, aquello que posee verificación universal a partir de la posibilidad de una constatación sensible de todos. De esta manera, el hombre logra en la distinción taxonómica definir su propio género, identificando en su esencia (razón, amor y voluntad) la universalidad, unidad e infinitud de su ser, asimismo el sentimiento de conservación y el sentimiento de dependencia que lo configuran. Pero el elemento determinante es la mortalidad. Siguiendo este orden de ideas, si la finalidad del hombre está en el desarrollo de su esencia, en medio del sentimiento de dependencia y del sentimiento de conservación, la muerte es su finitud radical, su verdad más irrefutable. Encontramos aquí los elementos antropológicos de la comprensión feuerbachiana de la religión. Se demuestra cómo el cristianismo se presenta como unidad de todos los elementos constitutivos del hombre, y así responde a sus necesidades y expectativas, en donde prima resolver su sentimiento de dependencia y de conservación en torno al problema real y concreto de su finitud física, el cual aparece al pensar la muerte dentro de este marco. Por lo tanto, Feuerbach presenta la muerte como el elemento central de la construcción de la religión, y así de la objetivación de la esencia del hombre o Dios, siendo este el argumento que sustenta la posibilidad de superar, en la inmortalidad, lo inevitable de la finitud radical.