El presente trabajo es una reflexión desde la arquitectura al problema que genera el inquilinato como reflejo de una sociedad fracturada. Una búsqueda por visibilizar una tipología de vivienda vigente en el marco del siglo XXI, como única opción viable dentro de un mercado de transacciones informales. Con ello, se le da lugar a la necesidad de una propuesta arquitectónica que dignifique los modos de habitar colectivos, dando respuesta a la necesidad de vivienda y mejorando la calidad de vida de población vulnerable.