Al editor:
En la presente carta se pretende sensibilizar al lector sobre la magnitud e importancia de ver a la demencia como prioridad en salud pública en Colombia. Se plantea la necesidad de intervenciones efectivas, en especial, en prevención secundaria como punto decisivo en la modificación de la historia natural de la enfermedad. Se exponen los datos del contexto epidemiológico nacional más reciente, brindando al lector un panorama sobre la importancia del problema en el país y la urgencia de direccionar las intervenciones de acuerdo con las necesidades propias de nuestra población. Luego de analizar las diez primeras causas de muerte en el mundo, se encuentra que la demencia es la única que carece de tratamientos curativos o modificadores (1). Su prevalencia mundial es de 35,6 millones de personas afectadas y se estima que para el año 2050 aumentará a 150 millones de casos (2,3). Metaanálisis de estudios multicéntricos en Latinoamérica, China e India han estimado que el riesgo instantáneo de muerte en un paciente con demencia es 2,8 veces el de un paciente sin demencia (HR = 2,80, IC 95 % = 2,48-3,15) (4,5). En consecuencia, se ha puesto en marcha una activa respuesta para afrontar esta enfermedad, empleando programas dirigidos a la reducción de factores de riesgo cardiovascular y promoción de la actividad física, en aras de reducir la incidencia de demencia. Para interpretar el panorama nacional y contrastarlo con las cifras antes presentadas, se requiere una mirada detenida en varios de sus determinantes.