Es cierto que la creación de historias de ficción requiere de competencias técnicas y académicas. Pero, es de igual importancia el desarrollo conceptual y emocional de una obra para que pueda infundir empatía, atención e interés en la audiencia de forma efectiva. A manera de ejemplo, podemos buscar los puntos de encuentro entre tres sentimientos: soledad, amor y nostalgia. A partir del estudio de estos sentimientos, de la observación de la naturaleza humana y del auto-conocimiento se pueden crear historias que aborden la complejidad de las conexiones humanas y su falta de entendimiento, esto con mucha más veracidad y originalidad.