Según la tesis de Karl Rahner, de que el Vaticano II marcó el inicio de una Iglesia mundial, se habría concretado germinalmente un salto cualitativo que deja atrás el tiempo en el cual la Iglesia exportó su modelo cultural europeo de cristianismo. Dicha tesis puede aportar una clave para interpretar los procesos de reforma eclesial en desarrollo con el “caso Francisco”. El artículo analiza tres asuntos conciliares claves que revelarían la transición de una Iglesia occidental a una Iglesia mundial: se ha frenado la “reforma de la reforma” litúrgica; en el caso de la eclesiología, ha “retornado” la categoría de pueblo de Dios; y ha llegado al obispado de Roma la recepción de Gaudium et spes más coherente con la voluntad de los padres conciliares.