El golpe de estado en Chile es resultado primero: de la profunda crisis del sistema capitalista mundial y regional (dependiente), marcado por el aumento de la inflación, la disminución del poder adquisitivo de las clases populares y la progresiva monopolización de la actividad económica por parte del capital extranjero. Segundo: el descontento entre los sectores populares, quienes comienzan a desencantarse con las medidas reformistas emprendidas por gobiernos centro o centro-izquierda, incapaces de resolver con sus acciones las terribles problemáticas que se tejen en el interior de sus sociedades. Tercero: la impotencia de los sectores acaudalados para detener el avance del gobierno popular a través de las urnas. La literatura, tradicional medio de expresión de los sectores oprimidos toma la vocería en contra de un gobierno autoritario que defiende los intereses de un pequeño sector de la población.