Una de las problemáticas más grandes que enfrenta la migración sin duda es la de los procesos de integración que las comunidades experimentan dentro de la sociedad de acogida a la cual llegan. De manera tradicional se ha visto a la comunidad migrante como un actor pasivo dentro de estos procesos, llevando la carga social y económica del mismo mientras que se subyuga a lo que es dictaminado frente a ella. Sin embargo, minimizar el rol que estas comunidades cumplen dentro de su mismo proceso de integración es contraproducente para la efectividad de este, dado que obvia en gran manera las dinámicas y las resistencias que estas comunidades migrantes ejerzan sobre la sociedad en la cual se hayan inmersas y en la cual pasan a participar de manera activa así se quiera o no. En el caso de la comunidad migrante japonesa se evidencia como esta pasa a ejercer un rol activo dentro de su mismo proceso de integración gracias a una amplia cantidad de factores, y que este proceso termina siendo el resultado de las dinámicas entre la comunidad migrante y la sociedad y el gobierno peruano. De igual forma se evidencia como estas dinámicas se corresponden a la estructura heterarquica de poder teorizada por Foucault, lo cual saca a relucir las falencias y las limitaciones que existen dentro de los enfoques tradicionales de la integración.