“En este libro, la mujer va figurando, obstinada, irremediablemente en la modalidad de la expresión. No es juventud lo que se expresa ni mucho menos la poesía es entelequia que se da por hecha. La expresión, que un día rindió su negro fruto en la espuria y alemana palabra ‘Expressionismus’, es algo tan arduo, tan quimérico, que solo quien conoce su tortura sabrá testimoniar el destino inconcluso del poema. Y las cuatro poetas que habitan azarosamente este libro la conocen. Todas cuatro alumbran un implícito enunciado: torturar la expresión hasta llegar al pensamiento.”