Trabajo centrado en la recuperación de la centralidad industrial deteriorada de Puente Aranda, por medio del reconocimiento del potencial actual de la ciudad y de la ubicación estratégica de la pieza al interior de ella. Planteando un nuevo tejido urbano enmarcado entre la Calle 22 y la Calle 17 y entre la Carrera 50 y la Carrera 68, que tiene como objetivo regenerar el sector por medio del reconocimiento y la reinterpretación de lo existente y brindando una pieza de transición entre la zona fundacional del barrio Puente Aranda y los conjuntos cerrados del modelo de Salitre, donde se transforman antiguas áreas industriales en un entorno urbano de elevada calidad para trabajar, vivir y aprender.
El proyecto responde a la necesidad de consolidar el territorio como una pieza central de la ciudad donde se crea un entorno que favorece la mezcla de usos y en el que los espacios conviven con viviendas, equipamientos y zonas verdes que mejoran la calidad de vida, además de brindar a las personas la oportunidad de vivir cerca de sus lugares de trabajo.