El propósito de este texto puede desglosarse en dos puntos. Por una parte, recoger la tesis que Richard Rorty plantea en Derechos humanos, racionalidad y sentimentalismo, según la cual para pensar el progreso moral en el mundo contemporáneo, David Hume resulta mejor consejero que Immanuel Kant, por cuanto sostiene que el sentimiento moral, la simpatía corregida, —y no la razón— constituye la competencia moral fundamental, portadora de ilustración y de civilización. Por otra, dilucidar en el modo de investigación moral del filósofo escocés del siglo XVIII claves de contenido ético relevantes para pensar solidaridad, tolerancia, participación y sociedad civil en el contexto actual.