La historia, elemento fundamental del cristianismo por la dinámica misma de la encarnación, fue relegada a un segundo plano por la teología abstracta de la neoescolástica. Contrariamente a tal teología, el padre Marie- Dominique Chenu, O. P. (1895-1990) atiende al dato revelado y al nuevo contexto social en la predicación del Evangelio. Su teología crece en la tradición de la Iglesia al tiempo que es consciente de las problemáticas que aquejan a la sociedad industrializada. El artículo propone el concepto de “función concienciadora de la historicidad en la teología” como clave interpretativa de las investigaciones medievales y contemporáneas de Chenu.