Fue de sorpresa la reacción de nuestros habituales interlocutores -amigos,colaboradores, periodistas- al encontrarse con que la mayor instancia legislativajesuítica hacía público su interés por el tema de lo femenino y en forma de undecreto emanado del interior de la misma Congregación General bajo el nombre LaCompaíiía y la sitllación de la ml/jer en la Iglesia y en la sociedad. Por primera vezen la historia de las órdenes religiosas masculinas se atribuía tanta importancia alasunto como para incluirlo en la reinterpretadora de la misión propia de unade ellas, la Compañía de Jesús. Las publicaciones periódicas de varios países se hicieron eco de ello.