Entendiendo la capacidad sensible del ser musical como el punto de partida de cualquier concepción artística, el presente proyecto pretende elaborar un camino que conservara dicha sensibilidad en su manera más pura y primigenia. Este camino expuso muchas maneras de acercamiento al instrumento, el piano, y a su vez, evidencia nuevas formas de crear y construir paisajes e ideas sonoras. Estos múltiples recursos responden esencialmente a una idea superior: la conciencia de libertad, que poco a poco empezamos a obviar y que involuntariamente sustituimos por predisposiciones, acondicionamientos inútiles e imaginarios previos a la creación de un objeto musical.
El principal interés al reflexionar alrededor de la sensibilidad y la libertad es la creación de obras que no tengan una pretensión, que estén despojadas de estos límites imaginarios y de las predisposiciones que la entorpecen. De esta manera, poder darle una naturalidad y un fluir propio al proceso de composición acercándolo al vértigo de lo incierto.
Como pianista de jazz e improvisador encontré en los recursos que a lo largo de mi carrera he aprendido, cultivado y perfeccionado una herramienta técnica y artística que con el tiempo habita en un nivel distinto al de mi conciencia y que por consiguiente serán la materia prima de creación. Esta materia prima encuentra sus bases en conceptos simples aplicados a cualquier nivel creativo: el canto como el primer acercamiento armónico-melódico y el ritmo como una reacción presente y permanente en cualquier acto musical. Con estos dos conceptos es donde inician los recursos para la creación libre de 6 composiciones que en su inicio fueron simples ideas y células; que con naturalidad forjaron el formato básico de piano y batería y en algunas composiciones contaron con la compañía de guitarra eléctrica y saxofón alto.