Descripción
Pienso en una caricia que deja una marca casi imperceptible, poco temporal. No como un lápiz afilado que con la punta va hiriendo el papel, no como las uñas que rasgan la piel. Lo ideal es acercase al otro sin lastimarle, sin alterar su naturaleza. Del mundo conocemos solo la superficie dicen por ahí, que incluso el contacto entre dos amantes es superficial. Así, me rindo ante la superficialidad cambiante para explorar el magnetismo de los cuerpos que se mezclan sobre ella dibujando el encuentro casual de superficies de contacto.