Al constituir una de sus nociones fundamentales que está a la base de ulteriores desarrollos en
el plano pedagógico, estético y democrático, la de la experiencia es fundamental para alcanzar
una comprensión sobre los componentes que lograron constituir la filosofía del pensador
norteamericano John Dewey. Dicha recuperación permite establecer conceptos fundamentales
que están relacionados con la estética y el arte, los cuales, convergen con el conjunto de
proposiciones pedagógicas y políticas del autor. En esta primera parte realizo una breve
contextualización que remite a algunos pensadores que se acercan al concepto de experiencia.
Uno de ellos fue Aristóteles en quien la experiencia aparece como un estado en la jerarquía de
funciones que comienza con la percepción sensorial y culmina con la elaboración de premisas
fundamentales por medio de la intuición intelectual. En su libro experiencia y educación,
Dewey define la experiencia como aquello que es siempre lo que es porque tiene lugar una
transacción entre un individuo y lo que, en el momento, constituye su ambiente; si este último
consiste en personas con las que está hablando sobre algún punto o suceso, el objeto sobre el
que se habla forma parte también de la situación; o los juguetes con que está jugando; o el
libro que está leyendo o en su defecto, los materiales de un experimento que está realizando).
El profesor Dewey describe la experiencia como activa y pasiva y, a su vez, como un producto
que se da por múltiples interacciones entre un organismo vivo y su entorno.