Para el artista Alfredo Jaar las imágenes de cuerpos violentados deben ser públicas, pero para exhibirlas hay que hacer visible el proceso de la toma fotográfica y encontrar un tiempo y un espacio que impliquen al espectador. Para dar a conocer el proceso hay que hacer visible: quién aparece en fotografía, en qué contexto se realizó, qué encuentros ocurrieron para llegar a la toma como entrevistas con testigos.