Múltiples formas de conocimiento tradicionalmente orientadas a la argumentación proposicional, en tanto elaboran preguntas sobre el mundo y plantean espacios de pensamiento para poner en problema la constitución de la realidad, han sido articuladoras entre los esfuerzos comprensivos y las técnicas transformadoras y poéticas del ser humano. Esto toma un matiz especial en el caso del arte de América Latina, cuyas expresiones tradicionales, populares y artísticas, no han sido asimiladas por completo a las corrientes internacionales. Variados problemas han sido pensados, guardados y comunicados en imágenes que hacen sensible y ponen en evidencia el trasfondo espacio-temporal de los sistemas de pensamiento y también las pautas de dominación escondidas tras ellos. Este carácter exige métodos de investigación que reconozcan vínculos entre la teoría, el arte, la vida cotidiana y la resistencia; una teoría del arte que desde Latinoamérica pregunte: ¿cómo el arte, que se expresa desde la vida del continente enfrenta problemas, abordados por otros saberes, desde el ámbito de lo sensible? ¿Qué gana el pensamiento? ¿Qué gana el arte? ¿Qué gana la vida?