En la mayoría de los países desarrollados, e incluso, los que van en vía de desarrollo, como lo es Colombia, la industria de la construcción civil y pública genera una importante cantidad de residuos, y si estos no son gestionados adecuadamente contribuyen con la degradación de la calidad ambiental. Los residuos de la construcción y demolición (RCD) representan un porcentaje significativo de los residuos sólidos producidos en las áreas urbanas, debido a esto existe una necesidad de establecer la gestión de estos residuos, adoptando soluciones eficientes y basadas en acciones que permitan el desarrollo y la sostenibilidad de las ciudades y las zonas sub-urbanas y rurales adyacentes a las mismas, de lo cual, resulta válido revisar las buenas practicas que este sentido han experimentado otros países con resultados exitosos. La conecta gestión de residuos puede abrir puertas para un nuevo mercado de trabajo, ideal para los países en los que el sector de la construcción está en crecimiento y necesita gestionar sus residuos, o para aquellos países en los que este sector se estancó y las oportunidades se basan en la rehabilitación. En Colombia, a partir de la reforma constitucional de 1991, y con la promulgación de la Ley 99 de 1993, por la cual se creó el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el sector público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente, los recursos naturales renovables y se organiza el Sistema Nacional Ambiental, SINA, de lo cual, el manejo de la política ambiental cobró vigencia y prioridad como forma de garantizar el desarrollo sostenible del país. Desde entonces, las nuevas políticas ambientales se han dirigido a preservar, conservar y proteger los recursos naturales, además a defender los derechos que tienen los colombianos a disfrutar de un ambiente sano.