Descripción
RESUMEN. Objetivo: El presente artículo desarrolla un argumento acerca de la indivisibilidad del ser humano y de cómo el individuo permanece en constante movimiento. Asimismo, explica la posturología como la hermenéutica diagnóstica y la propiocepción como la constante fisiológica. Método: La divulgación científica especializada requiere ir más allá de la necesaria evidencia, individual y aislada, para entrar en sinergia con las demás ciencias de la salud. El exceso de información inconexa genera debilidad en las bases del conocimiento. Ahora bien, al recurrir a ellas se pretende interconectarlas con la odontología. La tendencia actual hacia los tratamientos multidisciplinarios e integrales se torna irrelevante cuando lo que falla es el fundamento diagnóstico. Se requiere entonces de comunicación interdisciplinar y de un lenguaje común entre las diferentes especialidades. Conclusiones: Los signos vitales como constantes del movimiento humano y la unión tisular indivisible proporcionan la evidencia de la consecución de la estabilidad corporal como fin terapéutico. La odontología interactúa de manera activa y pasiva en esa búsqueda. La propiocepción es el proceso sensorial clave para encontrar dicha estabilidad.ABSTRACT. Purpose: This article develops an argument about the indivisibility of the human being and how the individual remains in constant movement. In addition, it explains posturology as the diagnostic hermeneutics and proprioception as the physiological constant. Method: Specialized scientific dissemination should to go beyond the necessary individual and isolated evidence, to enter into synergy with the other health sciences. The excess of disjointed information turns weak the bases of knowledge, thus resorting to them seeks to connect them with Dentistry. The current trend towards multidisciplinary and comprehensive treatments becomes irrelevant when diagnostic foundations are failing. Hence, interdisciplinary communication and a common language among specialties are necessary. Conclusions: Vital signs, as constants of human movement, and indivisible tissue blending provide the evidence to achieve body stability as a therapeutic goal. Dentistry interacts actively and passively in this search and proprioception is the key sensory process to find stability.