El ejercicio de la comensalía, es una realidad que experimentan todos los seres humanos, sin importar cultura, credo u otros. Por su parte, el cristianismo ha venido enriqueciendo el concepto, llevándolo del hecho aislado de sentarse a comer con otro, a la realidad significante en donde se experimenta el amor, la oblación, el servicio, la fidelidad y la unidad en medio de la diversidad en el acto cotidiano de sentarse a compartir la mesa juntos y de vivir en el mismo hogar.
Dicha riqueza conceptual, pero sobre todo experiencial, es la que permite construir junto a las estudiantes del Colegio María Inmaculada, un proceso metodológico que aporte al crecimiento integral de los hogares, que no atente contra aquellos que tienen formas de creer diferente a cristianismo y al mismo tiempo, empodere a las jóvenes de su misión histórica, garantice la continuidad del proceso y logre el mejoramiento de la calidad de vida de las familias actuales y futuras. Este proceso se caracteriza por iniciar con el conocimiento y reconocimiento tanto del otro como de sí mismo; continúa con un proceso de construcción comunitario, de experiencias que permitan alcanzar o que aporten a la manera como se debe vivenciar la comensalía, y termina con un espacio de socialización, el cual permite la elaboración de acuerdos, el reconocimiento de experiencias significativas de los diferentes procesos y el apoyo comunitario integral a las personas que se les presentó alguna situación al momento de tratar de vivenciar la comensalía con sus seres queridos.