Descripción
Este trabajo comparte con el lector aquello que habita en los cuerpos negros de los
jóvenes hombres, conocidos como delincuentes, y las mujeres migrantes de los territos rurales de Quibdó. El texto resulta de escuchar detenidamente los
relatos que estos cuerpos expresan, las vidas que cuentan y acompañarles en un proceso arduo
de hacer memoria para resignificar el lenguaje con el que se autodefinen.
Bajo la luz y la sombra de dos palabras, Locos y Orilleras, los jóvenes y las mujeres se
narran. Este texto surge de lo que fue el proceso desorganizado, a veces a conciencia y a veces
sin intención, de la conformación de categorías de autodenominación, las mismas que con el
tiempo y al encontrar nuevos significados, emprendieron formas de resistencia ante la
injusticia y la precariedad de la población quibdoseña.