El presente trabajo realiza una aproximación al travestismo a través de la novela Cobra (1972) de Severo Sarduy. Su objetivo es mostrar cómo la resistencia y la subversión que plantea la práctica del travestismo son potenciadas a través del tejido entre la experiencia travestí y la estética neobarroca que presenta la novela. Esto se realiza teniendo en cuenta los múltiples mecanismos que tiene el discurso heteronormativo y falogocéntrico para usar prácticas subversivas que al introducirlas en ciertos contextos terminan apoyando la matriz sexo-género-sexualidad. El análisis de la práctica travestí se basa en un dialogo directo con los postulados de Judith Butler sobre la noción discursiva de género, junto con la postura de Beatriz Preciado sobre la materialidad de las prácticas sexuales y las tecnologías que intervienen en la asignación de sexo para cualquier sujeto. Al mismo tiempo, es utilizada la teoría de Severo Sarduy sobre el neobarroco y el travestismo como un puente entre la postura discursiva de Butler y posición materialista de Preciado, esto con el fin de establecer una base teórica que permita analizar a profundidad los momentos en que la práctica del travestismo en la novela implica un grado de resistencia, subversión o transgresividad dependiendo de los contextos en que se desenvuelva la figura del travestí.