Cuando en 1880 los investigadores Gabriel de Mortillet, Cartail- hac y Piette demostraban la existencia de grabados paleolíticos en asta de reno y marfil, predominaba el criterio de que el hombre primitivo carecía de ideas religiosas organizadas y como tal de religión, aunque tendría finos sentimientos artísticos. El problema de la interpretación del arte paleolítico estaba planteado y la pregunta central era: ¿Qué intentaron expresar los artistas paleolíticos si no es posible atribuirles nociones de orden religioso?