Estamos viviendo en medio de una gran cantidad de críticas y señalamientos que involucran a la
Iglesia católica, algunos de ellos sobre los sacerdotes, encargados de la parte sacramental y
administrativa de esta importante institución: yo no creo en los curas, son unos mentirosos,
ladrones y habladores, creo en Dios pero no en la Iglesia, pues la religión esclaviza a la gente, la
Iglesia no necesita dinero, ellos lo tienen todo, ese cura qué predica acaso él no tiene pareja y/o es
homosexual; y podría enumerar una gran cantidad de comentarios que a lo largo de muchos años
han ido tomando fuerza, y lo más difícil de entender es que jóvenes de universidades y de
colegios, personas de empresas y trabajadores, comúnmente hacen estos comentarios en las
calles, cafeterías, zonas de descanso y en variedad de lugares.