Los planteamientos de Ian Hacking han sido fundamentales para el giro que la Filosofía de la Ciencia ha hecho hacia el estudio de la práctica experimental. Hacking muestra cómo la filosofía se ha concentrado tradicionalmente en las representaciones de la ciencia dejando de lado las intervenciones. Pero precisamente el estudio de las intervenciones ofrece aportes claves para entender la usual posición realista que asumen los científicos en su trabajo. La práctica interventora permite cuestionar las teorías realistas y los planteamientos racionalistas, sin que esto suponga el abandono de criterios realistas en lo referente a los objetos con los que trabaja el científico. El sentido de la propuesta de Hacking no es la argumentación de un nuevo tipo de realismo, sino el proyecto amplio de pensar la ciencia no sólo como un conocimiento, sino como un proceso material de realización y de automoldeamiento estable de ideas y hechos