Los diferentes grupos o comunidades que constituyen nuestro país, tienen distintas formas de relacionarse con el territorio, lo que los lleva a entender desde diferentes ópticas y a crear universos simbólicos que se que convierten en las bases de su identidad individual y colectiva. Hace su vez, esto hace que se desarrollen elementos importantes, como el sentido de pertenencia y el fortalecimiento de vínculos con la comunidad, que hacen que sea posible sacar adelante proyectos e iniciativas que busquen el bienestar común. Sin embargo, cuando estas formas de identificación entre los sujetos y ese universo simbólico que se crea en torno a un contexto no se da, lo más probable es que empiecen a primar los intereses individuales y no se esté en la capacidad de reconocer la importancia de promover las acciones colectivas. De esta forma valores como la solidaridad y la cooperación se ven debilitados, impidiendo que se den acciones que fortalezcan el progreso del grupo y de la comunidad. A través de la recolección de historias de vida y del análisis documental, se reconstruyó la historia del barrio Boyacá, donde fue posible identificar los dos procesos anteriormente mencionados y de qué manera las dinámicas de la cotidianidad de las personas, iban teniendo transformaciones influenciadas por estos hechos. En este punto, fue posible a través de el diseño de una estrategia de comunicación para el barrio, proponer a la comunicación como el mecanismo articulador, que permite que la sociedad se empodere, participe y sea capaz de gestionar sus propias iniciativas para generar cambios positivos en su barrio.