La idea de Nación es inseparable de la concepción de identidad. Pertenecer a una nación es identificarse con un “nosotros” en contraposición a un “ellos”. Esto explica por qué los sentimientos nacionales son excluyentes con el extranjero y por qué la búsqueda de símbolos e historias diferencian unas naciones de otras. Benedict Anderson capta muy bien este sentimiento de pertenencia en su definición de nación como una “Comunidad política marginada” (1991: 13:14).