La Facultad de Teología, alma y guía de la 'universitas' medieval, constituyó para el hombre de esos tiempos garantía del saber absoluto: la ciencia de Dios. La 'sacratissima' presentaba las verdades de la fe, sobre las cuales no cabía la menor sombra de duda, en íntimo acuerdo con la razón. Ella circunscribía el ,mundo y definía lo que en el mundo se contiene.