A partir de la expedición de la ley 388 de 1.997, cambió la concepción del desarrollo territorial para todos los actores de la función pública del urbanismo en Colombia. En efecto, esa ley introdujo al sistema importantes progresos en torno a la gestión del suelo. Pero no todo ha sido positivo, pues se evidencian grandes problemas en torno a la aplicación de la ley en el ámbito local o municipal. En efecto, cada municipio la aplica de manera distinta y esto, debido a la falta de uniformidad conceptual en torno al urbanismo, y a los mecanismos de intervención estatal en los usos del suelo y en los procesos de crecimiento de las ciudades.