Descripción
La experiencia ignaciana de lo que se ha llamado la "conversión" llega a su culmen con la decisión de seguir a Cristo siempre y en todo. A medida que fueron surgiendo los ejercicios espirituales, expresión viva y trascendente del carisma de Loyola, ese seguimiento se fue concretando en dos momentos que expresaban, dentro del contexto histórico de la época del Renacimiento, la realidad del llamado de un rey temporal, imagen lejana, pero real de la convocación del Rey eterno y Señor universal, a vivir y trabajar como él, para seguirlo en las dificultades y en los logros en bien propio y de los demás. Cual sea la respuesta a este último llamado, se ilumina por lo que debería ser la respuesta a un señor temporal que llama a una conquista propia de leales caballeros. Estudiar el contexto histórico en que surge la meditación del Rey temporal de los ejercicios, introducción y fundamento de la consideración de la vida de Jesús, propia de las semanas siguientes dentro del método ignaciano, es el propósito del siguiente artículo.