Las tecnologías de construcción corporal son una especie de conjuntos de objetos técnicos y de prácticas que, en combinación con ciertos enunciados, coadyuvan en la composición de subjetividades. Si bien el maquillaje se presenta como un instrumento de la anatomopolítica, utilizado para reconfigurar y normalizar los cuerpos, y, a su vez, como un dispositivo que hace posible impugnar las normativas que regulan la construcción de los cuerpos, el objetivo fundamental es deconstruir la visión del cuerpo como una materialidad ontológicamente previa a su contacto con el mundo y resaltar la importancia de la tecnología, no como un simple agregado artificial, sino como condición de posibilidad del hombre mismo.