Descripción
Elll de abril de 1652, a los 66 años de edad, muere en el colegio de la Compañía de Jesús en Lima, el jesuita peruano Antonio Ruiz de Montoya. Pocas semanas después, cuando en la Reducción de Loreto (en la actual Argentina) recibieron la noticia, salieron en comisión cuarenta indígenas que recorrieron más de 5.500 kilómetros, atravesando los Andes, para pedir su cuerpo.Hoy, en algún lugar de la selva de la actual Argentina, en la sacristía de la Iglesia en ruinas, e invadido por la naturaleza, están los restos del P. Ruiz de Montoya.Este signo claro del amor de los indígenas al Padre Ruiz de Montoya tiene tras de sí una historia llena de sacrificios y entrega que queremos recordar. Vamos a intentar reconstruir algunos rasgos fundamentales de este misionero, que sin haber sufrido un martirio repentino, supo de la muerte lenta en el diario caminar.En las conclusiones trataremos de descubrir algunas pistas para nuestra misión de realizar hoy una Nueva Evangelización.