Descripción
Este trabajo de grado se fundamenta inicialmente en una época especifica como lo es la pandemia en donde a nivel mundial pone en crisis el quehacer del arquitecto en términos de la vivienda, por lo cual el propósito de este trabajo se convierte en entender y reflexionar acerca de estas nuevas maneras de habitar. Comprendiendo inicialmente el propósito de este trabajo para lograr construir reflexiones se busca construir un trabajo teórico – práctico de arquitectura.
En primer lugar, se identifica una cosmovisión propia y objetiva la cual permite dar pie a esta investigación. Para construirla se generó un diagnostico filosófico y temporal, donde se comienza realizando una lectura de la Modernidad liquida (1999) de Z. Bauman, cuyo aporte es la idea de una realidad que se comenzó a vivir en la contemporaneidad, donde se vive en constante cambio y transformación, en el cual el mundo es una incertidumbre.
Sin embargo, el trabajo está apoyado de la conferencia de “Una arquitectura para una sociedad liquida” de Carlos Arroyo. Con lo anterior a manera de hipótesis proyectual el trabajo cuestiona la modernidad liquida de Bauman donde el contexto actual de la pandemia da un giro y genera una crisis en la arquitectura. El trabajo está apoyado con la teoría arquitectos contemporáneos como Izaskun Chinchilla y Andrés Jaque la cual propone una arquitectura transformable, adaptativa y sostenible especialmente en este nuevo hábitat.
Por medio de laboratorios experimentales de distintos escenarios en Bogotá, se buscará mostrar las nuevas maneras de habitar que se generaron luego de la pandemia en la vivienda, luego de haber generado una extensa reflexión a partir de pensadores y arquitectos; llegando a concluir que la modernidad Liquida de Bauman es una realidad que se está viviendo en la actualidad donde estamos en cambios constantes. Tomando las teorías de arquitectos se buscará mostrar que las nuevas viviendas son adaptativas y transformables.
A partir de un ejercicio de reflexión con una estrategia inspirada en la arquitectura efímera y temporal, el trabajo argumenta la elección de vacíos existentes con el fin de generar un segundo uso como lo son los parqueaderos en la ciudad de Bogotá, como un escenario adecuado para confrontar un lugar líquido y un contexto de la incertidumbre con una respuesta a la arquitectura. Por lo tanto, la propuesta va dirigida a la activación de estos vacíos tanto a nivel urbano como incluso económico; ya que el espacio aéreo de estos lugares está totalmente desaprovechado, y en algunos casos la normativa o el estudio de factibilidad no permite el uso de estos terrenos, quedando como lotes de engorde que durante muchos años quedan en un limbo. La idea es utilizar estos espacios vacíos de la ciudad, activarlos con viviendas, estudios, comercio, servicios, lugares productivos de agricultura urbana, utilizando un sistema constructivo modular, flexible, rápido de ensamblar y desensamblar, no permanente, mientras el dueño del predio o la ciudad, definen que se quiere o puede hacer en un futuro con estos no lugares, estratégicamente ubicados en la ciudad. Esto ha dado pie para que la arquitectura no se manifieste como una modernidad pesada como diría Bauman, siendo estable y duradera, sino que, si nos adaptamos a las condiciones de un contexto cambiante y transformable la arquitectura contemporánea sea más fácil de generar respuestas en la incertidumbre.