Las redes sociales como exponentes de la noción de ecosistemas comunicativos tecnomediados se han convertido en paradigmas donde transita la vida humana en los albores del siglo XXI. Su influencia para definir lo que se considera vida y cómo se gestiona la vida humana se está comenzando a vislumbrar y discutir. Un grupo humano que se ha caracterizado por el uso y apropiación de las redes sociales dada su versatilidad y adaptabilidad son los adolescentes. Sin embargo, reflexionar sobre las formas en que las redes sociales y los ecosistemas tecnomediados influyen en la construcción de la identidad personal como problema moral contemporáneo es fundamental para deliberar sobre el impacto que se tiene en la concepción y conceptualización de los significados actuales para categorías como identidad, individualidad y participación. Es así como se plantea la pregunta ¿las redes sociales son escenarios adecuados o inadecuados para el proceso de construcción de la identidad personal en adolescentes?
Para el caso de los adolescentes, los usos y apropiaciones de las redes sociales no deben ser aceptados de forma aséptica ni rechazarse de manera absoluta al analizar y sopesar los impactos que estas redes digitales tienen en la construcción de su identidad personal. Por lo tanto, se deben generar espacios para que, desde el reconocimiento de las emociones como elementos que orientan juicios y forjan valores, asociado a la capacidad relacional de una individualidad basada en lo vivencial y en la interacción con otros, los adolescentes puedan dar el paso de una heteronomía digital a una autonomía digital.
Es aquí donde se invita a la Bioética a dar luces, a interesarse como espacio de deliberación y de convocatoria para reflexionar frente este fenómeno de la vida antrópica donde se están configurando nuevas formas y expresiones de la condición humana en el siglo XXI.