La fragilidad es un estado clínico definido como un aumento en la vulnerabilidad de un individuo para desarrollar resultados adversos cuando se expone a eventos estresantes que conducen a una disminución funcional y una menor calidad de vida, así como a mayores tasas de mortalidad. Este estudio pretende identificar actividades que puedan prevenir el desarrollo de fragilidad en los adultos mayores.
Métodos
El Estudio Mexicano de Salud y Envejecimiento es una cohorte de adultos mexicanos de 50 años o más con cuatro oleadas (2001, 2003, 2012 y 2015). Para el propósito de esta tesis se usaron las olas de 2012 y 2015. Con el fin de evaluar la asociación de actividades de estilo de vida saludable con la fragilidad incidente. La fragilidad se estimó utilizando el índice de fragilidad. Se calculó como la relación entre los déficits reales y 39 potenciales que el participante podría haber presentado en la evaluación. Los sujetos clasificados como frágiles en 2012 fueron eliminados, teniendo una muestra final de 6.087. Se usaron modelos de regresión logística con variables de ajuste para evaluar las probabilidades de fragilidad incidente dado la realización o no de las actividades de estilo de vida saludable (ejercicio, vacunación, actividades de no fumadores y de detección).
Resultados
De la medición inicial, el 55.2% eran hombres y la edad promedio fue de 62.18 (± SD 8.48) años. La incidencia de fragilidad fue del 37.85%. De todas las actividades evaluadas, la actividad física fue la única que tuvo una asociación con disminución de la fragilidad incidente. Los adultos mayores que realizaban actividad física tenían una menor presencia de fragilidad (48.88% vs. 42.23%, p <0.0001); teniendo un odds-ratio de 0.79 (95% CI 0.71-0.88, p <0.0001) en el modelo de regresión logística ajustado.
Conclusiones
Los adultos mayores que refirieron que se ejercitaron durante el último año, tuvieron una menor incidencia de fragilidad, incluso cuando se ajustaron las variables de confusión.