La música ha jugado un papel muy importante como elemento etno-cultural en los distintos pueblos y naciones de Latinoamérica desde principios del siglo XX. Por medio de esta práctica (la música), se pueden identificar diversas comunidades y sus características específicas. Al incluir de manera única y particular elementos musicales importantes como lo son: el ritmo, la armonía, la melodía y la interpretación musical, se generan distintas personalidades musicales con las que se puede reconocer una sociedad cultural. Esto sumado al abandono que tienen distintos pueblos por su ubicación geográfica y la falta de vías de comunicación, permite generar círculos cerrados y marginados con un aire musical aun más personal e independiente.