El sector de la salud es uno de los que más influencia recibe de
otras latitudes. La rápida adopción de nuevas tecnologías en salud
resulta en un importante porcentaje de las veces en “valor por
el dinero”. No obstante, dado el universo de nuevos desarrollos
que entran al mercado, es difícil (si no imposible) evaluar todas
y cada una de dichas tecnologías (existentes y nuevas) cada vez
que una decisión deba tomarse; por esto países ricos y otros no tanto están
recurriendo a “agentes” especializados para que hagan este análisis por ellos. En
este contexto han emergido la medicina basada en evidencia y la evaluación de
tecnologías en salud (ETES) como herramientas para informar a quienes deben
tomar dichas decisiones. Según la evidencia publicada, es clara una tendencia
global a implementar o fortalecer agencias de ETES desde los años noventa, pero
pareciera que, una vez instaurados procesos legítimos y robustos de ETES, estos
llegan para quedarse y convertirse en necesarios para promover mayor eficiencia
distributiva en los sistemas de salud. El interés académico y político en la ETES
ha progresado en años recientes en Colombia, lo cual ratifica la futura creación
del Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud.