Cuando nacemos, la primera pregunta que hacen sobre nosotros es: “¿es niña o niño?", precediendo a nuestros propios recuerdos o nuestra capacidad de hablar por nosotros mismos. Se espera que nuestras respuestas sean automáticas y se limiten a estas dos opciones. La ropa que usamos, la cultura popular que creamos o consumimos, las estructuras familiares que habitamos, las leyes y políticas públicas que obedecemos o desafiamos, e incluso las palabras que usamos. Todo esto como prácticas comunicativas que afectan el desarrollo de la libre expresión de la orientación sexual e identidad de género de las personas. Por medio de entrevistas a tres personas de la comunidad LGBTIQ+ se analiza los efectos que tienen las practicas comunicativas recibidas desde el hogar en el proceso de identificación personal de estos tres personajes.