Un conjunto de cartas a destinatarios desconocidos compone este instructivo para hablar sobre los recuerdos perdidos de un evento traumático. El tipo de memorias que allí se invocan tienen la particularidad de la ambivalencia: son tan presentes como esquivas, tan tangibles cuanto más ausentes son. El documento está dividido en tres bloques: cartas al lenguaje, cartas a la memoria y cartas al trauma. No existe un orden sugerido de lectura.