Descrição
El presente libro recoge el esfuerzo académico de los integrantes
del Semillero de Hermenéutica y Padres de la Iglesia, de la Pontificia
Universidad Javeriana (Bogotá), por recuperar la reflexión sobre el
Espíritu Santo, hoy desconocida. Algunos estudiosos, de hecho, manifestaron
este desconocimiento o vacío y, así como el Papa Francisco,
se refirieron a Él como “el olvidado”3 o “el gran Desconocido”4.
En este sentido, el Semillero evidenció el múltiple impacto que genera
dicho vacío pneumatológico hoy.
En el caso de la teología, la separación de esta con la espiritualidad
hace que el quehacer teológico quede reducido a un mero ejercicio
académico incapaz de tocar la existencia vital de los creyentes y decir
una palabra de vida ante problemas de nuestras actuales circunstancias
históricas. En lo que respecta a la labor pastoral, la falta de
comprensión de la acción del Espíritu en el ser humano afecta la
creatividad interior para responder a los nuevos desafíos culturales y
la sensibilidad para reconocer los signos de la presencia de la Trinidad
Santa en la creación, en los detalles de la vida comunitaria de las
comunidades eclesiales y en la cruda realidad histórica. En cuanto a
la vida cristiana, el desconocimiento del Espíritu Santo incapacita al
creyente para vivir a la manera de Jesús, pues es el Espíritu quien hace
posible en el creyente la identificación con Cristo, la filiación divina
y la divinización de los seres humanos.
Por tales motivos, rescatar los aportes realizados por autores como
Ireneo de Lyon, Tertuliano, los alejandrinos Orígenes, Atanasio y Dídimo el Ciego, los tres grandes Capadocios Basilio el Grande, Gregorio
de Nisa y Gregorio Nacianceno, y Ambrosio de Milán, en la
diversidad y amplitud de sus argumentos, se constituye en fuente de
inspiración para dar cuenta de la acción del Espíritu en la creación,
en la vida de la Iglesia, en el quehacer teológico, en la praxis de la fe,
etc. Esta es, en efecto, una tarea pendiente que ya Juan Pablo II había
expresado en su encíclica Dominum et Vivificantem al citar un texto
de Pablo VI: “A la cristología y especialmente a la eclesiología del Concilio
debe suceder un estudio nuevo y un culto nuevo del Espíritu Santo,
justamente como necesario complemento de la doctrina conciliar”5.
Además, el Papa Francisco recordó hace poco que “debemos guardarnos
de una teología que se agota en la disputa académica o que contempla
la humanidad desde un castillo de cristal” y que, por esta razón,
“necesitamos una teología viva, que dé «sabor» a la vez que «saber»
…”6. Siguiendo esta línea, el esfuerzo del Semillero quiere ir más
allá del ámbito meramente académico y presenta, más bien, un libro
de corte divulgativo, abierto a todos los hombres y mujeres de este
tiempo que, con inquieto corazón, buscan la Verdad. Dado así su
carácter divulgativo, los autores decidieron prescindir en esta ocasión
del invaluable Migne y remitirse, en cambio, a otras ediciones críticas
modernas que, sin embargo, no deforman el contenido a transmitir.
Por consiguiente, amable lector, ponemos en sus manos una obra
que se esfuerza por volver a las fuentes de la experiencia cristiana, no
para urgir su imposición o defensa a ultranza, sino, ante todo, para
conectar con un impulso vital que ha palpitado en muchos grandes
teólogos y reformadores, para quienes volver al origen “deja de ser
cronológico para convertirse en ontológico”7. De este modo, siempre
que volvamos a los Padres será para encontrar inspiración y frescura
con la cual afrontar el presente, pues, si “aparecen siempre vinculados
a la Tradición, habiendo sido ellos al mismo tiempo protagonistas y
testigos”8, podemos estar seguros de encontrarnos más cerca de los
orígenes.
Para finalizar estas palabras introductorias, es oportuno señalar
que cada uno de los capítulos busca ser una provocación para acercarse
a la lectura directa de las obras. Invitamos a los lectores a disponerse
internamente invocando la presencia de la Trinidad Santa, a
quien sea la gloria por los siglos de los siglos, amén.