En este trabajo, se aborda la visión fragmentada de la corporalidad, como situación problemática en sí misma, a partir de la pregunta ¿Qué relación existe entre cuerpo, conciencia y discernimiento morales? Esta cuestión integra dos categorías inherentes a la noción de cuerpo, como son conciencia moral y discernimiento moral, dado que pretendo, en primer lugar, defender la comprensión unitaria del ser humano. Esta compresión es bíblica y, por tanto, no es contraria a la antropología cristiana. La investigación presentada aquí, se halla dentro del ámbito de estudio de la teología moral, y por tanto busco cuestionar al sujeto creyente, desde sus opciones, sus comprensiones y sus dinámicas de relaciones interpersonales inscritas en el marco de la pluralidad sociocultural que encarnan otros sujetos. Dicha fragmentación es nutrida por la perspectiva que entiende el cuerpo como algo que la persona posee y, por tanto, algo que es distinto de ella misma. Ante esto, la reflexión teológica posibilita el adentrarnos en la lógica del don recibido como horizonte de sentido pertinente. Desde allí, el lenguaje teológico activa la experiencia espiritual del cristiano y de los demás creyentes porque desplaza el foco de atención al escenario de la interioridad de donde brotan las opciones éticas y las expresiones conscientes relacionadas con el seguimiento al Señor. Finalmente, el abordaje teórico de estas tres categorías concluye en una propuesta pedagógica para prevenir las conductas autolesivas no suicidas o self injury en adolescentes, a través de un ejercicio autobiográfico como didáctica central.