Se propone comprender la teología de la historia a partir de la teología de la acción. La aplicación del método de interpretación textual a la acción humana permite establecer un paralelo entre la acción orientada significativamente y la interpretación de textos desde tres criterios: la fijación del significado en el tiempo, la autonomía semántica y la intencionalidad trascendente que se abre universalmente a insospechadas interpretaciones. Estos permiten aproximarse teológicamente a la acción humana atendiendo los resultados históricos en los que ella se revela como acción liberadora de Dios.