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En efecto, la ecología y la preocupación por el medio ambiente han generado una redefinición en la política de los últimos años. El análisis y el estudio del medio ambiente ha dejado de ser un área exclusiva de la ecología y ha generado un sin número de debates y literatura en las Ciencias sociales, lo que ha provocado un giro en las Ciencia Política contemporánea (Valencia, 2007).
Para el caso de Colombia y más específicamente Bogotá, la evaluación del programa del saneamiento del Rio Bogotá entre los años 2008 y 2013, llevada a cabo por la Contraloría de Bogotá D.C, menciona el grado de contaminación del Río Bogotá ha llegado a tal extremo, que se ha llegado a clasificar como la alcantarilla a cielo abierto más grande de la ciudad y del país.” (Cuervo et al. 2014, p.2).
Por otra parte, el mismo estudio de la Contraloría menciona que “los esfuerzos y los recursos invertidos han estado dispersos y desarticulados de forma que las acciones ejecutadas han sido parciales y poco efectivas, lo cual no ha solucionado el problema de fondo” (Cuervo et al. 2014, p.3).
Ante esta problemática ha sido el Estado, el único actor que ha tomado parte activa y ha demostrado cierto nivel de compromiso para mejorar las condiciones de este cuerpo hídrico. Sin embargo, este modelo de política pública fundamentado en acciones directivas, y generalmente coercitivas desde el Estado, ha demostrado su baja efectividad, no solamente por la falta de coordinación entre las diferentes entidades en cada uno de los niveles sino también por los bajos niveles de compromiso en la solución por parte de los otros dos actores clave, y a su vez causantes principales del estado actual del Río, la ciudadanía y la empresa privada.
Los beneficios de lograr una mejora sustancial en el proceso de descontaminación del Río Bogotá son entre otros y como lo afirma Pérez Preciado (2006): la valorización de la tierra, la posibilidad dar uso recreacional y turístico al Río y sus riberas, mejorar la calidad de los cultivos que a hoy son regados con sus aguas, mejorar la salud de la población, especialmente infantil, expuesta directa o indirectamente a sus aguas (más de 8 millones de personas), capitalizar los costos de oportunidad del uso que podría darse al agua no contaminada y la recuperación de la fauna y flora del Río.
Es en este contexto que esta investigación buscará identificar las principales causales que han dificultado el éxito la política pública para lograr la descontaminación del Río Bogotá y a partir de estas proponer un nuevo modelo para el diseño, la implementación y el seguimiento de una nueva política pública que permita corregirlas y mejorar estos resultados de manera sostenible.