Una manera (diferente a la empírica) de tomar decisiones relevantes a la salud financiera de la organización, y un modo de hacerlo es a través de un modelo que tenga en cuenta razones financieras (ya sean estas de liquidez, rentabilidad, apalancamiento o cobertura) además de aquellas relevantes al objetivo de la empresa. Este modelo, capaz de ser herramienta para la toma de decisiones, control, provisión y administración de la designación de recursos económicos para nuevos proyectos o los que ya se encuentran en ejecución y no generan los resultados esperados en la compañía.